
Ilustraciones de Sofía Martínez
Lo que vieron los alumnos. Sus creaciones
Creaciones
“En soledad”
Era un día soleado. En la playa había una mujer que aparentaba ser mayor y que estaba muy tranquila en su hamaca mirando fijamente a una persona. Tenía tatuado en el brazo un corazón con el nombre de "Segis”; el nombre de su marido, que se suicidó. A esta no le gustaba nada la soledad, por lo que adoptó un perro, con tan mala suerte que se lo mataron en la calle.
Tan nerviosa se puso, que se levantó de esa extraña pesadilla. Entonces, en aquella soledad tan oscura, se oyó el ladrido de un perro.
Jesús García Llamas (3º ESO B)MICHELIN
Clara y Cristina eran dos chicas que acaban de finiquitar sus estudios. Para celebrar este hecho se habían ido a veranear a Fuengirola. Su mayor preocupación entonces era encontrar trabajo.
Un día, después de comer, Cristina cogió su móvil y accedió a su cuenta de “Twitter” donde descubrió un “tweet” muy interesante. Era de una empresa que sorteaba dos trabajos si recibían un “selfie” original en un lugar de veraneo. Cristina, al verlo, se lo comunicó rápidamente a Clara, que reaccionó con una mirada de nerviosismo e impaciencia. En menos de lo que cantó un gallo estaban las dos compañeras en la playa con su teléfono haciéndose la preciada foto, esa que les podría dar el trabajo que tanto necesitaban. Tras inmortalizarse con el móvil, Cristina mandó la foto a la cuenta de la empresa.
Al responsable de la red social de la empresa, antes citada, se le antojó las chicas más idóneas para el trabajo y, poco tiempo después, la empresa dio el nombre de las afortunadas del sorteo. Eran Clara y Cristina. Estaban citadas en la sede central en Málaga.
Las chicas del “selfie” se dirigieron exultantes a la empresa donde las esperaba el jefe de recursos humanos; pero, cuando el jefe le explicó su trabajo, se quedaron boquiabiertas. Tenían que repartir folletos vestidas del muñeco “MICHELIN”.
Martín Ángel Raya Ariza 3ºB
“VALOR”
Era un día de verano soleado y yo estaba en la playa pasándolo bien junto a mis amigos.
De repente, no sé si fue de verdad o solo cosa de mi imaginación, vi a dos chicas rellenitas sacándose fotos. Era extraño para mí, pues en la playa solo se veían a “cuerpos 10” fardando. Nunca antes, en toda mi vida, había visto otras personas con problemas de sobrepeso sacándose fotos con tanta naturalidad.
Ellas no tenían complejos, solo les importaba compartir el momento con una instantánea. Sonreí y pensé para mí: “La persona con más valor del mundo no podría superar a estas chicas, que enseñan su cuerpo sin ningún tipo de miedo. La persona con más valor del mundo solo podría igualar el valor de estas chicas.”
Entonces me decidí. Fui a mi casa y dibujé esta escena.
¿Mi nombre? Me llamo Sofía Martínez.
Fernando Raya Cuesta. 3º ESO B
“Reflexiones de un chaval”
Vivimos en una sociedad en la que el interior no importa; en la que es muy difícil ser uno mismo debido a los fatales estereotipos de nuestra época.
Vivimos en una sociedad idólatra, estúpida y superficial.
Fernando Raya Cuesta. 3º ESO B
“Veraneando en algún lugar”
Tal día como hoy un anciano y un alienígena se encontraron en una playa y se miraron. Después de un buen rato de observación, entablaron una conversación.
- Hola, ¿quién eres?- Preguntó el anciano
- Hola, soy Marte – Respondió el alienígena sin dudar.
- ¿Qué es esa cosa tan extraña que tienes en la cabeza?- Preguntó muy sorprendido el alienígena.
- Es una gorra, acaso te sorprendes. Y tú, ¿por qué tienes una cabeza tan grande y unos ojos tan grandes?- afirmó un poco enfadado y replicó.
- Todos los de mi planeta tenemos la cabeza grande y los ojos grandes- farfulló algo resignado el alienígena.
- Bueno, ¿Qué es lo que te ha hecho venir de vacaciones a mi planeta?- intentó sonsacar el alienígena al anciano.
El anciano le explicó pacientemente al alienígena que había decidido veranear en su planeta porque su mujer se había empeñado en conocer a gente nueva. Según ella, se trataba de una gran oportunidad de contactar con gente totalmente diferente a la habitual.
Sin duda, el anciano y el alienígena acabaron haciéndose amigos del alma y todos los veranos el anciano se dirigía al planeta de su querido y particular amigo Marte.
Miguel Ángel Toro Ariza. 3º ESO B