Locos por contar historias
Una experiencia de Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP)
Cuentacuentos en acción
Nuestro alumnando está cansado de escuchar tanto y tanto a sus profesores y, a partir de ahora, se va a hacer oír: quiere tomar la palabra y contarnos sus historias.
¡Que comience la aventura!
Hemos dividido en "páginas" independientes cada una de las fases de la creación colaborativa del cuento -cuatro, en total, para cuatro sesiones en el aula de ordenadores del "Tuto"-.
Los alumnos con los que hemos trabajado ya conocían la herramienta de Wikispaces y habían abierto una cuenta en Gmail para trabajar con ella. Así que algo teníamos andado.
Si bien la plataforma de Smore -pensamos- nos ayuda a publicar de forma atractiva estos trabajos, intentaremos sacar una pequeña revista con ellos y publicarla en Issuu.
Hemos intentado, con escaso éxito operativo, que los miembros de cada grupo votaran, a través de unas encuestas elaboradas con Google Drive, la propuesta que más les gustara: finalmente lo han hecho tras hablarlo entre ellos.
En la experiencia han participado muy activamente un número muy amplio de los alumnos, pero desgraciadamente, dentro de algún grupo concreto, ha habido muy pocos redactores y redactoras.
"Cuando despertó, alguien se escondía, en medio de la oscuridad, en su cuarto"
No descarto tampoco hacer una breve reflexión sobre qué aspectos motivaron la elección de la continuación de cada relato dentro de cada grupo: presentación de la acción y/o de los personajes; aparición de hechos sorprendentes y que impulsaban la narración; mantenimiento del "suspense"... y sobre los motivos que impulsaron a unos sí y a otros no a colaborar en la redacción de las historias cuando, en un primer momento, todos y todas se ilusionaron con el proyecto.
Equipo nº 1
La puerta no abría, por más que lo intentaba tiraba no conseguía abrirlo, sus manos se resbalaban por el frío pomo de la puerta.
Carla intentó encender la luz pero no funcionaba y la lúgubre iluminación de su lamparita desapareció. Empezó a gritar el nombre de su tía; le dolía la garganta, estaba ronca, pero ella gritaba.
Se acercó a la ventana e intento abrirla pero estaba amañada para que no abriera. ¿Qué había pasado?
Carla notaba la garganta seca, le picaba, se acercó al la cama y se sentó, acercó sus dedos temblorosos a la mesilla y fue palpando con sus dedos en busca del vaso de agua, lo cogió y bebió un trago. Se quedó allí sentada con el vaso entre sus nerviosas manos, hasta que un ruido la sacó de sus pensamientos: no supo de qué se trataba...si de una voz... o tan solo de un simple ruido...de unos pasos... ¿Que tenía que ver ella con todo eso?...
... No sabía que estaba pasando en su casa, no podía ver nada, comenzó de nuevo a gritar pero allí nadie le respondía, cada vez se ponía más nerviosa, no sabía cómo salir de allí, para ella cada minuto le estaba pareciendo una hora, seguía escuchando esos ruidos extraños que no podía averiguar de qué se trataban, estaba a oscuras e intentaba poder encender algo que le pudiera ayudar para iluminar alguna parte de aquella habitación oscura.
Se acordó que en un cajón de su escritorio escondía una linterna intento llegar a ese cajón atravesando la habitación, sus pasos eran cortos, caminaba más despacio que una tortuga con el temor en el cuerpo de qué era todo lo que estaba pasando. Se tropezó contra el escritorio, solo le faltaba encontrar el cajón para poder coger la linterna, sintió en sus manos cómo poco a poco iba encontrando el objeto, cuando de repente al ponerse a encenderla se dio cuenta de que aquella linterna no tenia pilas que esta misma tarde iba a ir a por ellas. Y no tenia más opciones de como poder salir de aquel apuso salvo dormir y dejar que sucedieran las cosas, pero se metió en la cama y no pudo concebir el sueño, se fue dando cuenta que si no podía dormir solo podía esperar a que su tía le abriera la puerta por la mañana... se sentó en la cama y se limitó a esperar a que fuera un poco más tarde para que pudiera llamar a su tía y le abriera la puerta...
Equipo nº 2
La librería fue un regalo de su padre para ordenar las miles de enciclopedias que ella guardaba en un rincón de su habitación, pero al cabo del tiempo, llegaron a ser demasiadas, y era demasiado complicado sacar una de ese gran montón. Por fin se levantó, se lavó la cara y se vistió. Se dispuso a salir de casa, pero en el pasillo, algo le llamó la atención:
Un colgante con su foto y la de un chico.
Era de pelo castaño, sus ojos eran azules y muy profundos. De repente, un pensamiento asalto su mente: el chico y ella se estaban besando en una verde pradera. Definitivamente, pasaba algo. Paula registró toda su casa, de arriba a abajo, pero no pudo encontrar ninguna fotografía de ese chico. Su mente intentó hacer un gran esfuerzo, no recordaba nada más que eso. oyó un sonido, Paula se sobresaltó, pues sus padres estaban de viaje y su hermano estaba en un campamento de verano en Cádiz. Se asomó a la ventana mirando por detrás de las gruesas cortinas que su madre había puesto el invierno pasado, y que ya estaban desfasadas. Repentinamente, escuchó un disparo y una bala atravesó las ventanas. Paula pudo dislumbrar a ese sujeto, complexión media (seguramente 50 años), llevaba un pasamontañas negro y sujetaba un arma.
-Sé que estás ahí. No te escondas Natalia.
¿Natalia?¿ Por qué ese señor estaba buscando a alguien que no vivía allí?-pensó
-Lo siento señor, pero no sé a lo que se refiere.
Volvió a disparar.
Paula corrió desesperadamente al salón, donde estaría más segura.El corazón le latía a gran velocidad, y pensaba que de esa no saldría. El hombre adivinó que se había alejado de la ventana, así que decidió entrar en la casa por la fuerza.Pero, justo cuando el hombre derribó la puerta, en el colgante se empezaron a deslumbrar unos símbolos extraños, de los cuáles empezaron a oírse voces que parecían invocar un encantamiento. Cuando el hombre entró en la casa, el colgante invocó un torbellino del color del carbón, que apareció en medio del salón y lo inundó todo de oscuridad.Paula se sentía confusa y a la vez debilitada, y cada vez se sentía más, hasta que se desmayó.
Sintió una agradable luz que penetraba por sus párpados. Abrió los ojos...
Equipo nº 3
Tocó la superficie en la que estaba echado. Notó tela en las yemas de los dedos, pero nada más. Todo era muy extraño, quizá el hombre que había visto matar a su padre, estaba intentando torturarle. Estaba muy cansado y sin querer, se durmió en aquella cama tan insólita.
Después de dos horas durmiendo, el niño se despertó al ver una luz de color anaranjada. El se encontraba en un sitio cerrado, con grandes ventanales en el techo y con un enorme portón negro.Se levantó, se acercó al portón y lo intento abrir, al ver que no podía, empezó a gritar. De repente, él oyó voces que le dijeron:
- Hola, necesitamos saber cuanto tenía tu padre en la cuenta del banco.
- Si no os lo digo que pasará .
- Pues que mataremos y te torturaremos como a tu padre.
El se puso a llorar y a gritar :
-Mamá, por favor sácame de aquí .
-No grites que estas en un lugar muy lejano a la ciudad, estamos situados a 20 km de ella y aquí no te oirá nadie ...
Era una noche oscura, se veía por el ventanal de la habitación en la que estaba atado en la silla. Al lado de él se encontraba uno de los dos hombres que le habían hablado. Junto a él, se encontraba un candelabro en una mesilla. El hombre estaba fumando un cigarro, mientras bebía una botella de ron. El niño intuyó que le estaban vigilando para que no escapara.
-¿Por qué estoy aquí? -preguntó el niño mirando a aquel hombre.
-Estas secuestrado, ya qué tu padre nos robo dinero y queremos recuperarlo a la fuerza -contestó él.
-Mi padre nunca ha robado dinero -replicó el niño.
-No tienes idea de lo que estas diciendo -finalizó.
Se marchó tirando la botella al suelo dejándole solo en esa húmeda habitación.
Equipo nº 4
Lucía se despidió de sus padres ya que no los volvería a ver hasta dentro de 15 días.
Se subió en el autobús que les llevaría al aeropuerto. Se sentó al lado de su mejor amiga Laura. El viaje era largo, ya que el aeropuerto no era el de Asturias, sino el Cantabria. Se pasaron la mayoría del viaje pensando en que gamberradas les harían a sus compañeras de habitación, y para eso si que le echaban imaginación.
Cuando el autobús llegó a su destino , les avisaron de que no llegarían a Londres en la fecha prevista , se tenían que quedar a pasar la noche en el hostal más cercano del aeropuerto debido al mal tiempo que impediría emprender su vuelo . Eran las 4:30 cuando llegaron y aprovecharon para picar algo.Entre tanto los tutores responsables se encargaron de buscar el hostal y cuando llegaron a el no tenía muy buena presencia pero era el más cercano al aeropuerto y iban justos de tiempo .
Se instalaron y fueron a cenar , los tutores vieron la noticia del periódico en la que decía que había un asesino en Cantabria y el ultimo caso había sido hacía menos de una semana a una niña que violo y después asesino.Ya era la hora de dormir cuando ....
estaban durmiendo oyeron un ruido que venía de a fuera se asomaron a la ventana y vieron un señor sospechoso que estaba mirando a el hostal se escondieron y cuando se despertaron escucharon a el profesor decir que habían desaparecido dos niñas, en ese momento se dieron cuenta de que era el que habían visto la anterior noche...
Equipo nº 5
Intentó encontrar el rostro de alguien, y esperaba que fuese el de su madre, o incluso el de su padre o hermano, pero no conseguía detectar nada.
Martina estaba sudando a chorros, quería avisar a sus padres a gritos, pero su voz no le salía. Buscó su reloj por la mesilla de noche pero no lo encontraba.
Entonces decidió pensar en que eran imaginaciones suyas e intentó volver a dormir, pero en ningún momento lo consiguió.
Notó como alguien posaba lentamente su reloj en su estrecha cama, intentó encender la luz, pero alguien le agarró la mano y no se la soltaba, ella intento abrir los ojos pero el sueño y las legañas se lo impedían.
Justo en ese momento dio un grito muy fuerte, ella pensaba que no le saldría la voz pero lo consiguió.
Poco tardó su madre en aparecer por la puerta de su habitación, encendió la luz y fue a mirar que le pasaba.
En ese momento Martina no se fijo en su madre, lo único que la atraía era intentar encontrar el rostro del individuo que le había hecho pasar tan mala noche, ahora que se podían apreciar las cosas gracias a la fuerte luz de su bombilla.
Ya era la hora de levantarse, y tenía tal insomnio que caminaba como una completa sonámbula. Su madre la ayudó, le dio un cariño y bajó a hacerle el desayuno.
Mientras ella buscaba como una loca por toda la habitación algo, no necesitaba encontrar un rostro pero si algo que le asegurase que lo de esa noche fue verdad y no una pesadilla.
Se intentó acordar de todos los hechos de esa terrorífica noche, y se le vino a la mente lo de su reloj, pero no necesitaba muy buena vista para apreciarlo en su mesilla de noche.
Apagó la luz y pensó que si estaba oscuro se le volvería a apreciar con sus movimientos, estuvo unos minutos, pero nada...
Ya se había preparado para ir al instituto y al ponerse la cazadora...lo encontró, era una magnífica prueba de que sí había pasado lo de la noche anterior. En su muñeca de la mano izquierda encontró unas marcas de que alguien la había agarrado con mucha fuerza.
Martina decidió ocultar las marcas que tenía en su muñeca, ya que no quería contarle nada a nadie sin saber que era esa figura tan extraña que había estado en su habitación. En el instituto no se comportaba como siempre. No era esa persona alegre, que hacía reir a los demás. Estaba apagada, pensativa y ,al mismo tiempo, preocupada. Sus amigas le preguntaban que le pasaba, pero ella contestaba siempre la misma palabra: Nada.
Al llegar a casa sus madre le sirvió la comida, como de costumbre, ya que no se acordaba de lo que había sucedido por la noche. Pero Martina se acordaba perfectamente. Comió rápido y se fue a la tenada para pensar que podía hacer. Era su sitio especial, donde se aislaba del mundo. Allí empezó a deliberar, ¿se lo contaría a sus padres o decidiría averiguarlo por su cuenta? ¿Se lo contaría a su mejor amigo Pedro o seguiría paseando por el instituto con la angustia de tener que contárselo a alguien?... Mientras que recitaba estas preguntas, sucedió algo extraño: la luz se apagó de repente y volvió a sentir la misma sensación que en su habitación.
Formulario de evaluación Google Drive (resultados)
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